DISCRIMINACIÓN EN EL ÁMBITO SANITARIO

Como hemos ido viendo a través de estos posts, es irremediable tener prejuicios y estereotipos ya que se generan automáticamente, pero debemos tenerlos en cuenta para controlarlos poco a poco. Además, un método que puede funcionar es educar a futuras generaciones en el respeto e igualdad y, para lograr esto, debemos saber elegir qué tipo de educación es la que queremos para nuestros hijos: si una que acepta solo aquello que se basa en una idea y en una forma de pensar determinada y rechaza todo aquello que es diferente a esa forma de ver las cosas, o una educación que se base en el respeto y en la igualdad, que inculque la idea de que hay diversas formas de ser y de pensar. De esta forma, estas futuras generaciones crecerán respetando a las personas de su alrededor independientemente de su origen, cultura, etnia o forma de pensar. El país de nacimiento no determina que una persona sea mejor o peor médico, enfermero... lo determinan otros factores como el nivel de estudios o la ex...

Más centrado en nuestras líneas de investigación, la discriminación racial en hospitales y otras áreas del espectro de la salud no es algo nuevo y cuyas consecuencias suele ser que las personas de diferente etnia encuentren mayores dificultades para recibir asistencia médica (Largent, 2018) o para obtener una atención sanitaria como es debido (Bourke, Marrie y Marrie, 2019). Se ha propuesto que se eduque ya en las propias universidades y centros formativos del ámbito sanitario sobre cómo afrontar el racismo en los hospitales (Acosta y Ackerman-Barger, 2017). Pero no solo se encuentra esta xenofobia en pacientes, también lo podemos observar hacia los propios profesionales, ya sea de parte de sus compañeros o de los pacientes. Nosotros realizamos una investigación sobre este tema y pudimos comprobar los siguientes resultados: El personal extranjero ha vivido, presenciado o tiene conocimiento de diferentes conductas discriminatorias por parte l os pacientes como la devaluación del ...

Últimamente se estuvo investigando si los prejuicios estaban disminuyendo pero se llegó a la conclusión de que lo que realmente estaba ocurriendo era que el prejuicio, como tal, estaba evolucionando para pasar más desapercibido, actuando de forma más sutil y ambigua. Podemos distinguir dos tipos de prejuicio (Pettigrew y Meertens, 1995): Prejuicio manifiesto: es el concepto más tradicional, directo y agresivo. Amenaza y rechazo directo hacia el grupo discriminado. Obteniendo como resultado conductas de evitación o no actuación frente a los grupos discriminados. Prejuicio sutil: es la manifestación más fría e indirecta. Esta forma de prejuicio aparece de forma menos dañina pero con las mismas ideas de defender el grupo al que se pertenece de los demás, exagerando sus  diferencias culturales. Obteniendo conductas como una menor expresión de emociones o sentimientos positivos hacia el discriminado y una exageración de las diferencias culturales. De este prejuicio se han anal...

Recordemos que la categorización social es un proceso en el cual agrupamos a las personas según las características que tienen en común. Pues esta categorización sumada a los estereotipos y prejuicios pueden llevar a personas de un grupo mayoritario a dañar a los grupos minoritarios, teniendo papeles de victimarios y víctimas respectivamente. Estas conductas se basan en el etonocentrismo: proceso mediante el cual un grupo se basa en sí mismo (cultura, moral o ética) para observar e interpretar el mundo. Por lo que consideran a los grupos diferentes como extraños exagerando sus diferencias. ¿Y cuál es el resultado? Pues al interpretar todo como amenazante, surgen conductas para defender a tu grupo, es decir, agresiones tanto físicas como verbales hacia el grupo discriminado. Estas conductas se denominan delitos de odio. Según la OCSE (Organización para la seguridad y Cooperación en Europa) definimos delito de odio como "toda infracción penal, incluidas las cometidas ...

Anteriormente hemos comentado que solemos poner etiquetas a las personas según el grupo social al que pertenecen. Estos adjetivos que empleamos cuando calificamos a una persona o grupo no son escogidos al azar, se tratan de estereotipos compartidos socialmente. Los estereotipos son un conjunto estructurado de creencias compartidas culturalmente y se basan en las características de un determinado grupo social. Estas creencias están poco fundamentadas y elaboradas, por lo que no son objetivas y se caracterizan por su rigidez y su resistencia al cambio  (Brigham, 1971) . Es decir, es poco probable que la persona que tiene esos estereotipos, cambie de opinión.  Los estereotipos son uno de los factores que más contaminan los juicios de las personas.  El mecanismo de estos estereotipos es muy sencillo: una misma conducta es valorada de formas distintas dependiendo de quién la realice. Por ejemplo, si una persona de mi grupo es ambiciosa, lo veré como algo positivo; en ...

En el post de hoy, empezaremos hablando sobre la raíz del problema en cuestión para entender cómo se crean los prejuicios para, más adelante producirse las conductas discriminatorias.  Normalmente, cuando conocemos a una persona, automática e inconscientemente nos creamos una opinión sobre ella. Desde el primer encuentro que tenemos con las personas les ponemos etiquetas. Esto lo hacemos porque los humanos tenemos la necesidad de ordenar y simplificar toda la información que tenemos a nuestro alrededor. Por lo que también organizamos a las personas en grupos o categorías. Pero estas etiquetas nos llevan, en muchas ocasiones, al odio de aquellas personas que no encajan con nuestra forma de pensar o que no pertenecen a nuestro grupo social. Esto ocurre porque le adjudicamos unas valoraciones que la mayoría de las veces no son objetivas, surgen de atajos que sigue nuestra mente para procesar la información. Estos atajos se llaman SESGOS INTERGRUPALES (Blanco, Horcajo y Sánche...