Anteriormente hemos comentado que solemos poner etiquetas a las personas según el grupo social al que pertenecen. Estos adjetivos que empleamos cuando calificamos a una persona o grupo no son escogidos al azar, se tratan de estereotipos compartidos socialmente.
Los estereotipos son un conjunto estructurado de creencias compartidas culturalmente y se basan en las características de un determinado grupo social. Estas creencias están poco fundamentadas y elaboradas, por lo que no son objetivas y se caracterizan por su rigidez y su resistencia al cambio (Brigham, 1971). Es decir, es poco probable que la persona que tiene esos estereotipos, cambie de opinión.
Los estereotipos son uno de los factores que más contaminan los juicios de las personas. El mecanismo de estos estereotipos es muy sencillo: una misma conducta es valorada de formas distintas dependiendo de quién la realice. Por ejemplo, si una persona de mi grupo es ambiciosa, lo veré como algo positivo; en cambio, si esa persona es de un grupo al que yo tengo establecido un estereotipo, la calificaré negativamente como avariciosa.
Pero ¿es posible eliminar estos estereotipos?
Es posible que creamos que solo los tienen personas muy prejuiciosas, pero al ser de carácter tan automático, estos se activan en todas las personas, aun siendo igualitarias. Sin embargo, sí se ha estudiado que la hipótesis de contacto es una herramienta muy eficaz para luchar en contra de los estereotipos (Blanco, Horcajo y Sánchez, 2017). La hipótesis de contacto sostiene que el contacto entre personas de grupos distintos puede hacer que la persona reduzca su prejuicio (Allport, 1954).
Debido a la ambivalencia de los estereotipos, estos derivan a la persona a crearse prejuicios sobre los demás. El mismo Allport aportó ideas muy interesante sobre los prejuicos, donde sus características principales eran:
- falta de motivos
- connotaciones negativas
- son generalizadores
- resistentes al cambio
- favoritismos al grupo perteneciente
Además, añadía que para combatir estos prejuicios, debía hacerse en la escuela y en la familia para evitar que estos se desarrollen.
Smith es uno de los autores que define el concepto de prejuicio de manera más aceptada. Él sostiene que los prejuicios son mayoritariamente emocionales. Esta propuesta ha sido apoyada por Fiske (1998), que dice que la emoción surge cuando se cuestiona el bienestar propio o el del grupo al que perteneces (también llamada teoría del appraisal).
En mi opinión, creo que los estereotipos se eliminarían si en la educación se optara por una enseñanza intercultural. El problema está en seguir pensando que una cultura o nacionalidad es más prestigiosa que el resto. ¡bravo!
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu comentario! Estamos totalmente de acuerdo contigo, además, como hemos comentado en el post, esa es una forma de evitar los prejuicios que propuso Allport.
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